Control del estrés mediante el desarrollo de nuevas neuro rutas
Control del estrés mediante el desarrollo de nuevas neuro rutas
Jenny Mora Vargas
Psicogerontóloga
La capacidad del ser humano para afrontar los
cambios fuertes de la vida y sacar beneficio de los mismos se ha podido
comprobar gracias a las investigaciones en neurociencias. Con estas investigaciones logramos darnos
cuenta que nuestro cerebro tiene muchas más capacidades de las que creíamos.
Empecemos por conocer las capacidades que tiene
nuestro cerebro, partamos de que el mismo puede auto-repararse, en caso de
lesiones y puede modificar su estructura de acuerdo a las demandas del medio
ambiente, a esto se le llama neuroplasticidad cerebral. En otras palabras, ser humano puede adaptarse
a diferentes circunstancias aunque estas sean muy adversas. Lo que demora es el
tiempo que nuestro cerebro necesita para hacer los cambios y esto va a depender
de la actitud, motivación y confianza en nuestras capacidades y la
perseverancia.
Tenemos la posibilidad de cambiar la forma de
entender e interpretar el mundo, así como de construir nuevos sistemas de
valores; cuando esto ocurre, nuestro cerebro crea nuevas neuro rutas. En otras palabras; hay un cambio de
estructura en el cerebro. Es decir,
nosotros mismos podríamos hacer una intervención para mejorar el control de las
respuestas emocionales.
¿Cómo ocurre este nuevo entrenamiento?
Las neuronas se conectan con otras creando cadenas.
Cada pensamiento es parte de una cadena
y cada conducta es una cadena de pensamientos. Como se ha mencionado tenemos millones de
neuronas así como posibilidades de crear nuevas cadenas o sea nuevos
pensamientos y nuevas conductas.
En algunas ocasiones las demandas sociales
familiares o laborales nos obligan a realizar un esfuerzos adaptativo para el
que no siempre estamos preparados, esto origina que debamos hacer las adaptaciones
o de ajuste necesarios, por ejemplo, pérdida de un rol importante en el trabajo
o un divorcio etc.
No todos tenemos la misma capacidad innata de adaptación;
sin embargo, todos podríamos desarrollar nuevas capacidades para disminuir el estrés
tóxico, si aprendiéramos a crear nuevas neuro rutas conductuales, considerando estas
como nuevas capacidades de adaptación.
Es imposible eliminar las fuentes de estrés, pero
sí podemos dotar a nuestros cerebros de la habilidad para crear nuevas
estrategias para afrontar dichas situaciones, o sea para controlar las
emociones, así como las consecuencias que este tipo de estrés produce.
¿Qué hace que nosotros interpretemos la situación como desafiante o
amenazadora?
Nuestra interpretación se debe a nuestra forma adecuada o inadecuada de
procesar la información.
Desarrollamos una serie de reacciones fisiológicas
y emocionales inadecuadas (tensión física y
emocional, ansiedad, fatiga, etc.). Éstas, además de ser los primeros síntomas de
estrés, interfieren en otros ámbitos de nuestra vida y producen grandes
distorsiones a nivel cognitivo (la forma de cómo percibimos las situaciones) y comportamental (la conducta
deseable o indeseable para controlar la misma situación).
Por ejemplo, si una persona tiene problemas
laborales que le generan una gran preocupación, la conducta indeseable sería
llegar a la casa de mal genio y maltratar de palabra o acto a su familia, esto va generar estrés tóxico
en la familia completa. Lo que hace es contaminar
a los allegados al provocar un aumento en la cantidad de neurotrofinas
individuales, y como consecuencia de esta contaminación, los niños van a bajar
el rendimiento escolar debido a la agresión y se van a ver afectadas las
relaciones de pareja, así como el rendimiento cognitivo propio y del cónyuge,
aumentando el riesgo de bajar el rendimiento en todas las esferas de ambos.
Por otro lado, la conducta deseable sería hacer una
pausa mental y liberarse de ese estrés tóxico para poder tener un mejor
rendimiento laboral al día siguiente, disminuyendo el riesgo de despido (por
distorsiones en el nivel cognitivo debido a respuestas erráticas), además de que afectan las relaciones familiares y
aumenta el deterioro de la salud de todos los miembros de la familia, por lo
tanto aumentando los gastos en medicamentos.
Existen pensamientos deformadores importantes de
revisar a la hora de manejar el estrés.
1-Filtración
única de lo malo. Lo bueno no se
toma en cuenta, frecuentan las frase tales como: esto es terrible, yo no puedo
soportar más esta situación.
2-Valoración
inadecuada de capacidades propias. Por
lo tanto, dar más de lo que se puede o bien no dar todo porque se cree no ser
capaz de hacerlo.
3-Pensamiento
polarizado. En este se extreman los
criterios, las cosas están bien hechas o mal hechas, las personas alrededor son
perfectas o fracasadas. No existen términos medios, gradaciones o matices.
4-Sobre generalización. Se extraen una conclusión general de un simple
incidente. Si ocurre algo malo esperarán
que ocurra una y otra vez, palabras comunes en este tipo de pensamiento serían:
todo, nunca, nadie, siempre, todos y ninguno.
5-Interpretación
subjetiva de la intención e ideas del otro. No se escucha a los demás; la persona cree
saber qué sienten y qué piensan los demás y por qué se comportan de la forma en
que lo hacen sin averiguarlo.
6-Favorecimiento
de la visión catastrófica. Siempre
se está a la espera del desastre. Entonces se presentan ideas como: “¿Y si pasa
una tragedia?” ¿Y si me sucede a mí, alguno de mis hijos o mi pareja?
6- Personalización.
Se cree que todo lo que la gente hace o
dice en alguna forma nos va a afectar. Se
compara continuamente con los demás, intentando determinar quién es el mejor, quien
tiene mejor aspecto etc. Estas personas
sufren todo el tiempo.
7-Falacias
de control. Percibir que se está
bajo un control extremo hasta sentirse impotente. Verse a sí mismo(a) desamparado(a), como una
víctima del destino. Sentir
que se es responsable del sufrimiento o de la felicidad de todos los que le
rodean.
8-Falacias
de la justicia. Sentirse resentido
con los otros porque se piensa que solo uno conoce lo justo aunque los demás no
lo vean de igual modo.
9-Culpabilización. Se piensa que los demás son los responsables
de sufrimiento personal, o se toma el punto de vista opuesto y se culpa a sí
mismo de todos los problemas ajenos.
10- Exacerbación
de los deberes. La persona vive bajo
un grupo de normas rígidas sobre cómo deberían actuar tanto ella como los
demás.
¿Cómo se logra controlar el estrés tóxico y su
consecuente pensamiento y respuesta errática?
Lo primero que debemos hacer es controlar esas
respuestas emocionales creando nuevas cadenas de neuronas y desarrollando un nuevo
sistema de valores.
Esto lo logramos a través de:
1. Revise
y trate de modificar los esquemas de pensamiento erróneos (ver la lista de
arriba).
2. Identifique
los factores que más estrés generan y las consecuencias de dicho estrés, de
esta manera sabrá centrarse en los estresores específicos que le están
afectando.
3. Defina
objetivos cortos y que se puedan evaluar.
4. Entrénese
en las habilidades y técnicas más saludables para el control del estrés, así
como en estrategias mentales relacionadas.
Es recomendable que este proceso de identificación
de las causas y las consecuencias del estrés oxidativo se realicen cuando usted
no esté sobrecargado de estrés.
¡Adelante! Su cerebro está en capacidad de hacerlo. No es cuestión de carácter, personalidad,
herencia o patrón de imitación; es un asunto de entrenamiento mental, de
inteligencia.
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