Apuntarse a teatro, bueno para el cuerpo y la mente.


Resultado de imagen para teatro adulto mayorActualmente en los países desarrollados, debido a los avances en la medicina, las personas llegan a la tercera edad repleta de energía y con ganas de aprovechar el tiempo del que disponen tras la jubilación. Son muchas las actividades que se pueden seguir realizando o comenzar a practicar pasados los 60 años, la elección dependerá de la capacidad, gustos y estado de salud de cada persona, pero si lo que se busca es mantenerse activo, divertirse, conocer gente y gozar de un buen estado físico y mental, apuntarse a un grupo de teatro es una de las mejores opciones que existen.


Promoción de la salud mental en la tercera edad

Cuando se habla de salud mental no hay que pensar únicamente en la prevención o tratamiento de enfermedades mentales, ya que como indica la Organización Mundial de la Salud es un estado de bienestar en el que la persona se realiza y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida. Para promocionar esta salud mental es fundamental realizar acciones que fomenten este bienestar, y que favorezcan disfrutar de una vida satisfactoria, agradable y productiva. Esto es especialmente importante al llegar a la tercera edad porque se dan muchos casos de personas que, al dejar de trabajar, o al ver que sus hijos ya hacen su propia vida y no dependen tanto de ellos, piensan que ya no son productivos y necesarios, ni para la sociedad ni para su propia familia, lo que les lleva a tomar una actitud más pasiva ante la vida y a aislarse, algo totalmente contraproducente para su salud.
Con el objetivo de no llegar a esta situación es importante buscar una actividad, hobby u ocupación que nos divierta, nos haga sentir útil, que fomente la relación con otras personas, como puede ser realizar un deporte en equipo, formar parte de una asociación o apuntarse a un grupo de baile, canto o lo que nos ocupa hoy, teatro.  

Ejercita cuerpo y mente en el teatro

Son múltiples los estudios que demuestran que mantener la mente activa es una medida de prevención frente a ciertas enfermedades, como al alzhéimer o el párkinson. En lo que se refiere a la primera patología, un trabajo realizado en la Universidad de California pone en evidencia que a través del estudio y el aprendizaje se evita la acumulación de sustancias de proteínas en el cerebro, problema que fomenta la aparición de alzhéimer.
Esta es una de las razones por las que los médicos recomiendan a los adultos mayores y a las personas que se jubilan que continúen manteniendo su mente activa, realizando juegos de habilidad mental, leyendo, estudiando un idioma, o aprendiendo a navegar por Internet. Entre estas opciones cabe destacar el participar en un grupo de teatro. Formar parte de uno de ellos te obligar, a la vez que te diviertes, a leer y estudiar contantemente el guion, debes hacer un esfuerzo para recordar y expresar de una forma concreta tu parte, y tienes que estar atento al diálogo del resto de actores y a permanecer en un estado leve de alerta para intervenir en el momento adecuado.
A estas tareas hay que sumarles otra clase de ejercicios que se practican para subir a escena con las mismas tablas que un profesional:
  • Reducir la vergüenza: si nunca lo has hecho, es normal que te eche un poco para atrás subirte al escenario delante de tanta gente. Para evitarlo, en los grupos de teatro se realizan ejercicios de desinhibición. Algunos son andar como un mono, correr a cámara lenta, o formar parejas y unirse con una cuerda por manos y tobillos y desplazarse como si fuera una única persona.
  • Hablar con el cuerpo: para potenciar la interpretación, en los grupos de teatro también se trabajó la expresión corporal a través de ejercicios de mímica, de gestos, jugando a las estatuas, e incluso realizando ejercicios de relajación y estiramientos; todos ellos muy útiles tanto arriba como abajo del escenario.
  • Potenciar la memoria: además de estudiar por tu cuenta y ensayar, en los grupos de teatro te enseñarán técnicas para mejorar tu memoria, las cuales podrás aplicar en otros ámbitos de tu vida. La asociación de ideas, aprender a organizarse o el uso de la técnica LPRET (Leer de forma general, Preguntar, Releer, Entender, Comprobar) son algunas de ellas.

Uno de los pilares para hallar el bienestar personal y, por tanto, promocionar la salud mental en la tercera edad es establecer relaciones gratificantes con otras personas. Por lo general, estas relaciones son las que se mantienen con los familiares y amigos, pero no siempre es posible por diferentes razones, como es la viudedad, que los hijos estén ocupados o vivan en el extranjero, o no se disponga de recursos para seguir el ritmo de vida de los amigo. En un caso u otro, siempre es recomendable abrirse y conocer a personas de otro entorno, que aporten una savia nueva a nuestra vida y la enriquezcan.  

Esto lo puedes conseguir en un grupo de teatro, donde te reúnes con personas de diferentes estatus sociales, pero normalmente con intereses culturales e intelectuales semejantes, abiertos a seguir aprendiendo y a disfrutar de la vida. El simple hecho de establecer relación con un grupo de personas de la misma edad, con una actitud positiva y un objetivo común –como puede ser el día del estreno teatral–, genera la transmisión de buenas sensaciones y forman un ambiente totalmente beneficioso para todo el mundo.

La satisfacción de subirse a un escenario

A las personas que nunca se han subido a un escenario les suele provocar cierto vértigo. Es el caso de las personas que pasados los 60 les pica el gusanillo de la interpretación, pero que, a pesar de su edad son amateurs en estas lides. Y es que no es fácil tener a un público delante que espera divertirse y pasar un rato agradable a costa de tu actuación.
Pero tranquilos, es muy común sentir miedo escénico, pensar que al comenzar la función se va a quedar la mente en blanco o que la obra va a ser un desastre por nuestra culpa. Lo importante es saber cómo afrontar ese momento mentalmente, algo que se aprende en los ensayos y con las técnicas de relajación que habremos practicado.
Sin embargo, cuando todo va sobre ruedas, y recibes la gran ovación del público, la satisfacción que sientes por haber superado su propio reto puede llegar a tener valor terapéutico. Además, ver a alguien reír, llorar o simplemente pasar un rato agradable por tu interpretación, también nos hace sentir útil y admirado dentro de la sociedad.
Junto con la satisfacción que genera superar un reto y divertir a un gran número de personas, actuar conlleva recibir otro “granito de arena” al bienestar que se busca para promocionar la salud mental. Los aplausos y ovaciones son gestos que automáticamente despiertan una sonrisa y aumentan la felicidad de quien lo recibe.
Y es que, ¿qué es el teatro sin un final sin aplausos? Estos momentos sueles ser inolvidables para los actores, y más aún si han tenido dificultades de aprendizaje o de interpretación durante la preparación de la obra, o es la primera vez que actúan, como puede ser nuestro caso. Recordar este momento y revivirlo con los compañeros del grupo teatral o con los familiares y amigos, es otro recurso que favorece la actividad mental y el bienestar personal.


Comentarios

Entradas populares