La mala memoria: reconozca cuándo debe pedir ayuda.
A muchas personas les preocupa empezar a tener mala memoria. Piensan que la mala memoria es la primera señal de la enfermedad de Alzheimer. Los científicos han aprendido mucho sobre la memoria y sobre por qué algunos tipos de problemas de la memoria son serios, pero otros no lo son.
Cambios de la memoria relacionados con la edad
La mala memoria puede ser una parte normal del envejecimiento. A medida que las personas van envejeciendo, ocurren cambios en todas las partes del cuerpo, inclusive en el cerebro. Como resultado, algunas personas pueden notar que les toma más tiempo aprender cosas nuevas, que no recuerdan información tan bien como lo hacían antes o que pierden cosas como sus anteojos. Usualmente estas son señales de problemas leves de mala memoria, no de problemas serios de la memoria.
Algunos adultos mayores también encuentran que no se desempeñan tan bien como las personas más jóvenes cuando completan pruebas de memoria compleja o de aprendizaje. Pero los científicos han encontrado que si se les da suficiente tiempo, las personas mayores saludables pueden desempeñarse igual de bien que las personas jóvenes en estas pruebas. De hecho, a medida que van envejeciendo, los adultos saludables usualmente mejoran en áreas de capacidad mental tales como las del vocabulario.
Otras causas de pérdida de la memoria
Algunos problemas de la memoria están relacionados con asuntos de salud que posiblemente pueden ser tratados. Por ejemplo, los efectos secundarios de algunos medicamentos, una deficiencia de vitamina B12, alcoholismocrónico, tumores, infecciones o coágulos de sangre en el cerebro pueden causar pérdida de la memoria o posiblemente demencia. Algunos trastornos de la tiroides, de los riñones o del hígado también pueden contribuir a pérdida de la memoria. Un médico debe tratar condiciones médicas serias como estas lo más pronto posible.
Problemas emocionales tales como estrés, ansiedad o depresión, pueden hacer a una persona más olvidadiza y pueden ser confundidos con demencia. Por ejemplo, alguien que recientemente se ha jubilado o que está lidiando con la muerte de un esposo o esposa, pariente o amigo puede sentirse triste, solo, preocupado o aburrido. Tratar de lidiar con estos cambios de vida hace que algunas personas se sienten confundidas u olvidadizas.
La confusión y los problemas de memoria causados por emociones usualmente son temporales y desaparecen cuando los sentimientos se desvanecen. Pero si estos sentimientos duran por más de 2 semanas, es importante obtener ayuda de un médico o consejero. El tratamiento puede incluir consejería, medicamentos o ambas cosas.
Problemas más serios de la memoria
En algunas personas mayores, los problemas de la memoria son una señal de deterioro cognitivo leve, enfermedad de Alzheimer o demencia relacionada. Las personas que están preocupadas por los problemas de la memoria deben consultar con un médico. El médico podría realizar u ordenar una evaluación completa de la salud física y mental para establecer una diagnosis. A menudo, estas evaluaciones son realizadas por un neurólogo, o sea, un especialista en problemas relacionados con el cerebro y el sistema nervioso central.
Un examen médico completo para evaluar la pérdida de la memoria debe revisar el historial médico de la persona, inclusive el uso de medicamentos recetados y de venta libre y el historial familiar de demencia, y también debe incluir un examen físico y pruebas neurológicas para evaluar la memoria, el equilibrio, el lenguaje y otras funciones cognitivas. Una diagnosis correcta depende de detalles correctos, de modo que además de hablar con el paciente, el médico puede pedirle información a un miembro de la familia, a la persona encargada de cuidar al paciente o a un amigo cercano.
Los exámenes de sangre y orina pueden ayudarle al médico a encontrar o descartar las posibles causas de los problemas de la memoria. Un escáner cerebral también puede ayudar a identificar o descartar algunas de las causas de los problemas de la memoria.
Deterioro cognitivo leve (MCI, por sus siglas en inglés). Algunas personas afectadas con problemas de la memoria tienen un trastorno llamado deterioro cognitivo leve de tipo amnésico. Las personas afectadas con este trastorno tienen más problemas de memoria que los que normalmente tienen las personas de su edad, pero sus síntomas no son tan severos como los de las personas afectadas con la enfermedad de Alzheimer, y tienen la capacidad de llevar a cabo sus actividades diarias normales.
Las señales de deterioro cognitivo leve incluyen perder cosas frecuentemente, olvidarse de asistir a eventos importantes o a citas y tener más problemas que otras personas de la misma edad al tratar de encontrar las palabras deseadas. Los familiares y amigos pueden notar lapsos en la memoria, y a la persona que tiene deterioro cognitivo leve le puede preocupar estar perdiendo su memoria. Estas preocupaciones pueden incitar a la persona a visitar al médico para obtener una diagnosis.
Los investigadores científicos han encontrado que en comparación, más personas diagnosticadas con deterioro cognitivo leve terminan desarrollando la enfermedad de Alzheimer que aquellas que no tienen ese trastorno. Sin embargo, no todas las personas que tienen deterioro cognitivo leve desarrollan la enfermedad de Alzheimer.
No existe un tratamiento estandarizado para el deterioro cognitivo leve. Típicamente, el médico supervisa y le hace pruebas a la persona afectada cada 6 a 12 meses para detectar cualquier cambio en la memoria y en otras habilidades de pensamiento con el paso del tiempo. Ningún medicamento ha sido aprobado para tratar el deterioro cognitivo leve.
Demencia. Demencia es la pérdida de la capacidad de pensar, recordar y razonar y de las habilidades de comportamiento hasta tal punto que interfiere con la vida y las actividades diarias de una persona. La demencia no es una enfermedad en sí, sino un grupo de síntomas causados por ciertas enfermedades o trastornos tales como la enfermedad de Alzheimer.
Los síntomas de demencia pueden incluir:
- No poder recordar cosas
- Hacer la misma pregunta o repetir la misma historia una y otra vez
- Perderse en lugares conocidos
- Dificultad al tratar de seguir instrucciones
- Desorientarse en cuanto al tiempo, personas y lugares
- Dificultad en manejar el dinero y pagar las cuentas
- Padecer un aumento de ansiedad o agresión
Dos de las formas más comunes de demencia en las personas mayores son la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular. Actualmente, estos tipos de demencia no pueden ser curados.
En la enfermedad de Alzheimer, los cambios en ciertas partes del cerebro resultan en la muerte de muchas células nerviosas. Los síntomas de la enfermedad de Alzheimer empiezan lentamente y van empeorando de forma continua a medida que el daño a las células nerviosas se extiende por todo el cerebro. Con el paso del tiempo, los olvidos se convierten en problemas serios con la memoria, el juicio, la habilidad de reconocer a familiares y amigos, y la capacidad de realizar actividades diarias. Con el transcurso del tiempo, la persona necesitará recibir cuidados completos.
En la demencia vascular, las lesiones en los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro llevan a la muerte del tejido cerebral, a menudo después de un derrame cerebral o de una serie de derrames cerebrales. Los síntomas de la demencia vascular pueden variar, pero usualmente empiezan repentinamente, dependiendo de la ubicación y gravedad del derrame cerebral. Las capacidades de la persona relacionadas con memoria, lenguaje, razonamiento y coordinación pueden ser afectadas. También son comunes los cambios del estado de ánimo y de la personalidad.
Algunas personas tienen Alzheimer y también demencia vascular, un trastorno llamado demencia mixta.
Tratamiento para la demencia
Una persona que tiene demencia debe estar bajo el cuidado de un médico. El médico puede ser un neurólogo, un médico de cabecera, un internista, un geriatra o un psiquiatra. El médico puede ayudar a tratar los problemas físicos del paciente y los problemas de comportamiento (tales como la agitación o el problema de deambular) y responder a las muchas preguntas que la persona o sus familiares puedan tener.
Las personas con demencia causada por la enfermedad de Alzheimer pueden ser tratadas con medicamentos. Hay varios medicamentos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (U.S. Food and Drug Administration) para tratar la enfermedad de Alzheimer. En algunas personas, estos medicamentos pueden hacer que la progresión de ciertos problemas, tales como la pérdida de la memoria, sea más lenta, permitiendo así que se mantengan independientes por más tiempo. También pueden ayudar con ciertos problemas de comportamiento. Sin embargo, ninguno de estos medicamentos puede detener el progreso de la enfermedad de Alzheimer. Muchos estudios científicos están investigando medicamentos y otras intervenciones para prevenir o retrasar la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo.
Las personas con demencia vascular deben tomar medidas para prevenir futuros derrames cerebrales. Estas medidas incluyen el control de la hipertensión arterial, la supervisión y el tratamiento del colesterol alto y la diabetes, y no fumar.
Los miembros de la familia y amigos pueden ayudar a las personas que se encuentran en las etapas tempranas de demencia a continuar con sus rutinas diarias, actividades físicas y contactos sociales. A las personas con demencia se les debe mantener al día en cuanto a los detalles de sus vidas, la hora que es, el lugar donde viven y qué está pasando en su casa y en el mundo. Las ayudas para la memoria como un calendario grande, una lista de planes diarios y notas escritas pueden servir de ayuda.
¿Qué puede hacer usted?
Si le preocupa que usted o alguien que conoce tiene un problema serio de la memoria, hable con el médico. Es posible que el médico pueda diagnosticar el problema o enviarlo a un especialista en neurología o psiquiatría geriátrica. Los profesionales encargados de brindar cuidados de salud que se especializan en la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia pueden recomendar maneras de manejar el problema y sugerir tratamientos y servicios que pueden ayudar.
Piense en participar en estudios clínicos o científicos. Es posible que las personas que tienen y no tienen problemas de la memoria puedan participar en estudios clínicos, lo cual puede ayudarles a ellas mismas o a generaciones futuras.
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