¿CÓMO INFLUYEN NUESTROS PENSAMIENTOS EN EL CONTROL DEL STRESS?. (I parte)

¿Cómo influyen nuestros pensamientos en el control del stress?

 ( I parte)


Nuestra cabeza es redonda, para permitir al pensamiento cambiar de dirección.
Francis Picabia


Existen los MENSAJEROS QUIMICOS CEREBRALES, esto es, ciertos químicos vitales que llevan mensajes entre las células cerebrales.  En esencia, éstos químicos permiten que las células nerviosas cerebrales se comuniquen entre sí.

En un día típico, dentro del cerebro, trillones de mensajes se mandan y se reciben. Los mensajes que positivos, asociados mucha veces con la felicidad, son llevados por "MENSAJEROS ALEGRES" (técnicamente se conoce como: sistema biogenético de amino/endorfina).  Los mensajes negativos, a veces sombríos y depresores, los conducen los "MENSAJEROS TRISTES" (conocidos por cortisoles).  La mayor parte de los centros nerviosos reciben ambos tipos de mensajes.  Mientras esta transmisión de mensajes  estén en balance todo funciona con normalidad.

El estrés disminuye  las endorfinas o las sustancias que conducen los mensajes alegres. Cuando la vida es tranquila y sin sobresaltos, los mensajeros alegres aumentan en el cerebro. Cuando existe demasiado estrés, los mensajeros alegres comienzan a escasear en el cerebro.  En la medida que continúa el estrés, los mensajeros alegres comienzan a malograrse.  Esto causa que centros importantes del cerebro reciban tan solo mensajes "tristes" y esto a su vez causa que todo el cerebro se angustie. La persona ha entrado en un estado de desbalance químico cerebral conocido como "Exceso de stress".

Este exceso provoca que la persona se sienta terriblemente mal.  Cuando los mensajes tristes sofocan a los mensajes alegres la persona siente como si la vida la está asfixiando, empiezan sentir cansancio, insomnio, mal humor, tienen múltiples dolores y falta de energía.  Se siente deprimida, angustiada o simplemente siente que no puede con la vida.
Existen circunstancias en la vida en la que no podemos eludir los problemas que nos angustian, pero a la vez existen una serie de conductas y comportamientos y pensamientos que empeoran este desbalance químico del cerebro.

Sin embargo, cuando la cantidad de estrés aumenta a tal grado que la persona comienza a quedarse sin mensajeros alegres, empiezan a aparecer ciertas conductas y síntomas tales como problemas para dormir, dolores, depresión y hasta ataques de pánico.
La cantidad de estrés que una persona puede tolerar antes de que sus mensajeros alegres comiencen a fallar, se llama "TOLERANCIA AL ESTRES".  La tolerancia al estrés es una condición hereditaria.  La mayoría de nosotros hemos heredado suficiente tolerancia al estrés para manejar las contrariedades cotidianas de la vida.  A pesar de nuestros pequeños problemas nos sentimos bien y gozamos de la vida.  A pesar de esto, todos hemos padecido en algún momento éstos desbalances químicos cerebrales.

La mayoría de las personas han experimentado un breve experimentado un breve episodio de disfunción de los mensajeros alegres pero el 10% de la población se siente así todo el tiempo.
Una de cada diez personas ha heredado una condición llamada "BAJA TOLERANCIA AL ESTRES".  Esto quiere decir que sus mensajeros alegres se agotan a niveles de estrés que la mayoría consideraríamos "normal".  Esta persona prácticamente estará manejando continuamente en un estado constante de sobre-estrés.  El insomnio, dolores, depresiones, ataques de pánico y hasta drogadicción pueden convertirse en problemas permanentes
Estamos hablando de una enorme cantidad de gente o sea el 10% de tus amigos, compañeros y conocidos son personas que no pueden manejar el estrés cotidiano de la vida.  Sin embargo, las causas del estrés son muy variadas.  Pero, ¿sabes por qué no todos nos estresamos ante las mismas situaciones o con la misma intensidad?

El secreto está en nuestra forma de pensar, podemos a través de nuestros pensamientos cambiar la herencia.

Nuestros pensamientos pueden controlar nuestras respuestas nociva que el estrés pueda generar en nuestro organismo.

Pensar en positivo aleja el estrés de nuestras vidas.

Si a cada demanda de cambio que se produzca en nuestra vida la podemos ver como una oportunidad de crecimiento personal, el estrés disminuirá.  Si antes las adversidades aprendemos a pensar positivamente las podremos afronta con  mayor potencial cognitivo, libre de cortisol.  En definitiva todos, absolutamente todos, tenemos dos posibilidades:
a) Pensar en negativo, ser pesimistas, dejar que el estrés maltrate nuestras vidas.
b) Pensar en positivo, ser optimistas y controlar el estrés.

¿Qué razón hay para escoger la primera opción?
Evidentemente, siempre hay problemas, o podemos encontrarnos con una desgracia.  Pero todos decidimos si afrontamos nuestra vida con una actitud positiva o de formar triste y atormentada.  Todos decidimos si vamos, o no, a controlar nuestro estrés.

Sabías que cada vez que tratas de cambiar a los demás, criticar o hablar mal de las personas, estas afectando tu cerebro con cortisol, ¡cuánto afecta un simple pensamiento a tu cerebro!...
La próxima nota sobre este tema buscará darnos algunas ideas de cómo cambiar nuestros pensamientos para favorecer los mensajes positivos.

Saludos,

Jenny Mora Vargas
Psicogerontóloga

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