Claves para evitar despistes

El cerebro comienza a envejecer a los 40 años, e incluso antes, y es normal que disminuyan capacidades como la memoria. Pero la edad aporta sabiduría, sigue estos consejos que te ayudarán a evitar despistes.

El cerebro comienza a envejecer alrededor de los 40 años, aunque algunos expertos adelantan el inicio de este proceso de envejecimiento a la década de los 30. Las funciones cognitivas, como la capacidad de razonar y la memoria, comienzan a deteriorarse mucho antes de que empecemos a tener distracciones y olvidos, y a lamentarnos de lo despistados que nos hemos vuelto.


Sin embargo, y antes de alarmarnos porque no recordamos el nombre de una persona que nos acaban de presentar, o lo que comimos el domingo, o dónde aparcamos el coche ayer cuando llegamos a casa, hay que señalar que aunque no afecte a todas las personas por igual, es normal tener ciertos despistes, e incluso más dificultades para aprender cosas nuevas y fijar los recuerdos que cuando éramos jóvenes.
Pero también es importante saber que el envejecimiento no provoca, por sí mismo, una pérdida significativa de la memoria, y que si en vez de tratarse de episodios aislados, los olvidos son frecuentes e importantes, hasta el punto de interferir en el desarrollo normal de tus actividades cotidianas y afectar a tu calidad de vida, es necesario consultar de inmediato con un médico porque puede ser un síntoma de otras enfermedades.

Causas de olvidos y despistes en la tercera edad

Entre las principales causas de los olvidos y despistes que sufren las personas mayores están el estrés continuado y la acumulación de tareas. La mayoría de los adultos mayores tienen que estar pendientes del trabajo, el mantenimiento de la casa o el cuidado de otros (hijos, padres, nietos, mascotas…), y por ello deben priorizar y atender primero lo más relevante, dejando en un segundo plano las tareas que pueden esperar. Además, el olvido es saludable y necesario, y la memoria, selectiva, porque en caso contrario enloqueceríamos con el bombardeo de estímulos que recibimos permanentemente a través de los sentidos.
Los trastornos emocionales como la ansiedad o la depresión también afectan a las capacidades cognitivas y pueden dificultar el desempeño de las tareas habituales y perjudicar la memoria a corto plazo, aunque esto se resuelve tratando el problema emocional.
El consumo o la exposición a sustancias tóxicas, como el alcohol, el cannabis, la cocaína, o el tabaco, entre otras, puede provocar un daño permanente en el cerebro que tenga como consecuencia la pérdida de memoria y otras funciones cognitivas, que se acentúa al llegar a la edad adulta. También algunos medicamentos, un déficit de vitamina B12 o algunas enfermedades, como por ejemplo problemas de tiroides, pueden provocar fallos de memoria.
Los expertos afirman que el cerebro, si está sano, es capaz de realizar nuevas conexiones neuronales y aprender cosas nuevas durante toda la vida, aunque el proceso de envejecimiento también le afecta, y si a eso unimos las prisas, el estrés, o un estilo de vida poco saludable, no es de extrañar que la memoria nos falle. Sin embargo, la experiencia puede paliar en algo el peso de los años; aquí tienes algunos consejos y trucos para evitar (en la medida de lo posible) despistes y olvidos:
1. Acostúmbrate a salir de casa con las llaves en la mano, y a comprobar siempre que no haya otra llave insertada en la cerradura interior. Si lo conviertes en una costumbre evitarás tener que llamar a un cerrajero.
2. Cuando vayas a tirar la basura, no lleves en la misma mano las bolsas de desperdicios y las llaves de casa o del coche, porque podrían acabar en el contenedor.
3. No confíes en tu memoria para los cumpleaños o aniversarios; a principios de año puedes poner una alarma en tu Smartphone en los días señalados, marcarlos en un calendario de pared o de mesa, o en la agenda si sueles consultarla.
4. Algunos expertos recomiendan estudiar en voz alta para fijar mejor los conocimientos, y también a ti te puede resultar muy útil hablar contigo mismo en voz alta enumerando las tareas que tienes que realizar o tus planes de ocio a corto plazo.
5. Ayúdate de las imágenes para recordar, por ejemplo, dónde has aparcado el coche en el parking del centro comercial fijándote en objetos que hay en la entrada por la que has accedido al mismo si es una zona de ventas, o en qué tiendas o stands hay al final de la escalera. Si regresas por el mismo sitio te será mucho más fácil localizar el vehículo que si solo sabes que está en el sótano 1 plaza 329.
6. Mantén una actitud positiva porque el pesimismo, la negatividad y el victimismo distraen la mente y hacen que cometamos más errores.
7. Aumenta tu reserva cognitiva –que ayuda a compensar la pérdida de capacidades del cerebro asociada al envejecimiento– con actividades intelectuales como leer o aprender un nuevo idioma.
8. Duerme. Un sueño reparador es imprescindible para tener la mente despejada al día siguiente y para consolidar los recuerdos; seguro que ya has comprobado que cuando has dormido bien te encuentras más receptivo y mejora tu capacidad de atención.
9. Sé ordenado. Si clasificas tus objetos personales, ropa, documentos… y destinas un armario o cajón a cada grupo, te resultará muy fácil encontrar las cosas cuando las necesites.
10. Haz ejercicio de tipo aeróbico. Se ha demostrado que la actividad física favorece la neuroregeneración y previene o retrasa el deterioro cognitivo.

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